La basura, o residuo sólido domiciliario o urbano,
es una mezcla de desechos provenientes de los hogares. Contiene residuos
orgánicos como alimentos , papeles y cartones, e inorgánicos como plásticos,
vidrios y metales. Entre estos últimos hay algunos peligrosos, como los
envases de plaguicidas, las pilas, los fluorescentes, etc.
Idealmente, los municipios deben recoger toda la
basura y disponerla en los rellenos sanitarios. Sin embargo, esto no sucede en
la mayoría de los casos, pues varias ciudades o poblaciones carecen de estas
instalaciones, por lo que la disponen en botaderos, o, en el peor de los casos,
en las calles y en las riberas de los ríos y playas.
A nivel nacional, se genera en promedio 711 gramos
de residuos sólidos por persona diariamente, lo que hace un total de 12.986
toneladas diarias. De estas, 2.559 se disponen en el relleno sanitario, 1.908
se reciclan, 5.972 se van a botaderos con control precario y el resto (2.545) es eliminado en el ambiente *.
En muchos de los casos se queman los residuos para
reducir su volumen, evitar el mal olor e impedir la proliferación de plagas
producidas por la descomposición. Quemar basura genera un humo con gran
cantidad de sustancias químicas dañinas para el hombre y contaminantes para el ambiente. Así tenemos,
entre otras, el monóxido de carbono, el dióxido de azufre, material particulado, metales
pesados, dioxinas y furanos, y el dióxido de carbono, gas de efecto invernadero que causa el cambio climático.
Daño a la Atmósfera
La quema a cielo abierto de basura municipal
ocasiona la emisión de distintos contaminantes. Basados en el cálculo de cargas de contaminación del aire proveniente
de la disposición de desechos sólidos, según el Centro Panamericano de Ecología Humana
y Salud de la Organización Panamericana de la Salud, las cantidades
calculadas de los principales contaminantes por la quema a cielo abierto de
basura municipal.
La basura genera dos tipos de gases:
- Gases de invernadero: Estos
gases son metano y bióxido de carbono, que tienen como propiedad retener el calor generado por la radiación solar y elevar la temperatura de la atmósfera.
- Degradadores
de la capa de ozono: Hay productos que por la naturaleza de su fabricación y los agentes químicos
utilizados en su elaboración, generan ciertos gases que desintegran la capa de
ozono. Estos gases son conocidos como clorofluorcarbonados o CFC´s y se emplean
en la fabricación de envases de unicel, como propulsores de aerosoles para el
cabello, en algunas pinturas y desodorantes. Cuando los envases de estos
productos son desechados a la basura se convierten en fuentes de emisión de estos gases.
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